Un equipo multidisciplinar de Alimentta, integrado por investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela, el Instituto Español de Oceanografía y la Universidad Politécnica de Madrid, han calculado por primera vez la distancia recorrida por la merluza en la cadena de suministro y su huella de carbono en España.
En el estudio recientemente publicado en la revista Journal of Cleaner Production, los autores concluyen que la merluza tiene que recorrer entre 850 y 12.000 km para abastecer los mercados españoles, con una contribución de 681.485 t de CO₂e a las emisiones totales de gases de efecto invernadero (GEI).
¿Cuánta merluza está disponible en España para el consumo?
De las 14 especies de merluza que existen en el mundo, 8 se consumen en España. Tradicionalmente, la merluza ha sido un alimento clave para la población y continúa siendo uno de los pescados más arraigados en nuestra cultura gastronómica. Es un producto muy importante en nuestro mercado doméstico, con gran peso para la economía del sector pesquero y esencial para el abastecimiento de alimento para consumo humano. La disponibilidad de merluza en el año 2017 para el consumo, ascendió a 153.934 toneladas (t). Este valor se obtiene de sustraer las exportaciones (65.305 t) a la suma de las capturas realizadas por la flota española (98.206 t en al 2017) más las importaciones (121.032 t en al 2017).
¿De dónde viene y cómo llega la merluza a España?
La reconstrucción de la cadena agroalimentaria que sigue la merluza para abastecer el consumo español indica que procede de muchos países y recorre grandes distancias antes de llegar a la mesa para su consumo. De toda la merluza disponible para el consumo en España, solo el 8% se captura en caladeros del territorio español. El resto se captura por la propia flota española en calderos de otros países o se importa de las capturas realizadas por las flotas pesqueras de terceros países. De las capturas, 30.134 t proceden de buques españoles que desembarcaban sus capturas en puertos nacionales, de las que 12.789 t se capturaron en caladeros nacionales y 17.345 t en caladeros internacionales. Las 68.072 t restantes proceden de barcos españoles que pescan exclusivamente en zonas de pesca internacionales y desembarcan sus capturas en puertos internacionales. Las capturas desembarcadas en estos puertos y las importaciones llegan a España por vía marítima (68.871 t), carretera (35.446 t) o transporte aéreo (21.388 t). Así, la merluza transportada desde Uruguay, Mauritania, Senegal, Marruecos, Portugal, Guinea, Italia y Angola procede exclusivamente de las capturas desembarcadas por buques españoles en puertos internacionales, mientras que la merluza transportada desde Alemania, Dinamarca, Sudáfrica, Estados Unidos, Canadá y Chile proviene principalmente de las importaciones. De este modo, las distancias varían desde los 12.000-10.000 km recorridos desde Chile, Argentina, Uruguay, Islas Malvinas y Sudáfrica, los 4.000-3.000 km desde América del Norte y los 3.000-800 km desde Marruecos y los países europeos.
¿Cómo se distribuye?
La merluza capturada por la flota española y desembarcada en puertos internacionales se transporta hacia España desde el mismo puerto por carretera o puede ser transferida a una zona de carga internacional, o centro logístico, donde se prepara para su salida por carretera o avión, siguiendo las mismas rutas que la merluza que se importa. Desde los centros logísticos internacionales se envía a España, o directamente o pasando por varios centros logísticos, hasta llegar a la frontera. Dentro de España, el pescado circula desde las zonas de carga internacional hasta los centros logísticos provinciales.
En el caso de la merluza que se desembarca directamente en puertos españoles, el producto es transportado hasta los centros logísticos nacionales y posteriormente se recircula dentro del territorio entre los diferentes centros logísticos provinciales. Las rutas de distribución de la merluza desde los puntos de entrada en el país hasta los distintos centros logísticos se han realizado a partir de la selección de las 5 distribuidoras líderes del sector alimentario: Aldi, Carrefour, Lidl, Dia y Mercadona que, junto a la red de MERCAS, distribuyen casi el 100% de la merluza.
Finalmente, desde los centros logísticos provinciales se distribuye hasta los puntos de venta final.
¿Cuántas emisiones de Gases de Efecto Invernadero se emiten a la atmosfera para pescar y transportar la merluza?
El total de las emisiones de GEI de la cadena de producción y comercialización de la merluza asciende a 681.485 t de CO2e, con una intensidad de emisiones de 4,42 kg de CO2e por kg de merluza.
El valor acumulado de emisiones relativas a la pesca representa el 67% de las emisiones, con el 33% restante asociado al transporte (marítimo, aéreo o por carretera). El transporte aéreo, aunque es el que menor volumen de merluza transporta (14%), es el que más contribuye a estas emisiones (73%). En segundo lugar, se sitúa el transporte marítimo (45% del volumen total transportado y 15% de las emisiones). Finalmente, el transporte por carretera es el que menor volumen trae (41%) y menos emisiones emite (10%).
¿Cómo podemos mejorar la cadena agroalimentaria que sigue la merluza para abastecer el consumo español?
La dependencia del consumo de merluza extraída de zonas lejanas alimenta el debate sobre los impactos ambientales que tiene el transporte en la cadena de suministro de productos del mar. Este debate existe para una amplia gama de productos alimentarios, que se basa precisamente en la dependencia de las cadenas alimentarias a diversos factores como la ubicación de los nodos logísticos de distribución, los medios de transporte utilizados o los sistemas de producción, siendo los sistemas de producción el factor que generalmente tiene el mayor impacto ambiental.
El artículo publicado presenta una propuesta robusta sobre cómo considerar los impactos ecosistémicos, no solo de la pesca, sino también de toda la cadena agroalimentaria que abastece a un país, lo que contribuiría a mejorar el enfoque a adoptar en la próxima revisión del marco normativo de la Política Pesquera Común, así como otras regulaciones tales como la Directiva Marco sobre la Estrategia Marina. La evidencia extraída de esta investigación plantea la necesidad de alcanzar un equilibrio entre los patrones saludables derivados del consumo de pescado y su impacto medioambiental asociado, promoviendo así una transformación de los sistemas alimentarios hacia una visión compartida de la salud del planeta y de las personas.
Para liderar esta transformación y asegurar el éxito y la continuidad del sector pesquero, abogamos por el liderazgo empresarial y políticas públicas destinadas a adoptar soluciones innovadoras a lo largo de toda la cadena de valor como reducir las emisiones de GEI en las cadenas de suministro utilizando soluciones climáticas basadas en la naturaleza; ampliar y estandarizar el etiquetado de los alimentos para incluir información sobre las implicaciones para la salud y la sostenibilidad de productos alimenticios; apoyar al sector pesquero en esta transición con formación y desarrollo, asistencia y reconocimiento; alentar prácticas de comercialización transparentes que promuevan un consumo de alimentos saludable y sostenible; ayudar a los consumidores a reducir el desperdicio de alimentos con ideas para reducir los desperdicios y el tamaño de las porciones; y la incorporación de una mezcla de proteínas diversa y sostenible en la dieta mediante el aumento de diversas fuentes de proteínas de origen vegetal.
El futuro de las generaciones actuales y futuras depende de nuestra capacidad para crear un sistema alimentario que apoye a personas sanas y a un planeta sano.