El presente documento constituye una caja de herramientas dirigida a responsables políticos y técnicos, así como personas de los sectores agrario y pesquero interesadas en avanzar en la adaptación al cambio climático. Su finalidad es doble: por un lado, facilitar la incorporación del conocimiento ecológico tradicional (CET) de las comunidades agrarias y pesqueras en las estrategias de adaptación; por otro, promover la participación de estos sectores en la cocreación de políticas públicas agroalimentarias que integren de forma efectiva medidas de adaptación y mitigación climática.
Este documento es el resultado final del proyecto “Vía Sabia: tendiendo puentes entre saberes para una mejor adaptación al cambio climático de los sistemas agrarios y pesqueros”, que cuenta con el apoyo de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, en el marco de la convocatoria de ayudas para la implementación del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) 2021-2030. Las opiniones y documentación aportadas en esta publicación son de exclusiva responsabilidad de los autores y no reflejan necesariamente los puntos de vista de las entidades que apoyan económicamente el proyecto.
El proyecto responde a la necesidad de integrar el CET en las estrategias de adaptación al cambio climático, complementando el saber científico con experiencias y prácticas arraigadas en los territorios. En línea con el PNACC, promueve el diálogo entre actores del sistema alimentario, principalmente productores, administración, comunidad científica y organizaciones sociales, para traducir y armonizar lenguajes diversos, formular diagnósticos contextualizados y diseñar respuestas colectivas.
Las 18 recomendaciones recogidas en este documento son el resultado de un proceso participativo llevado a cabo en el marco de Vía Sabia entre octubre de 2024 y mayo de 2025. Durante el proyecto se realizaron 120 entrevistas a personas agricultoras y pescadoras y se llevaron a cabo ocho talleres en cuatro comunidades autónomas: Andalucía, Cataluña, Galicia e Islas Baleares. En estos encuentros se dieron cita 220 personas de varios sectores: personas agricultoras, ganaderas y pescadoras, representantes de administraciones públicas, el ámbito científico-académico y organizaciones del tercer sector. En una primera ronda de “talleres de encuentro” dirigidos a las personas agricultoras y pescadoras, se indagaron colectivamente los impactos del cambio climático sobre las actividades agrarias y pesqueras, así como sus implicaciones socioeconómicas. Posteriormente, tuvieron lugar los “talleres de exploración”, en los cuales se trabajó en la identificación y formulación de propuestas orientadas a responder a los desafíos detectados, integrando saberes tradicionales, técnicos y científicos.
En este documento las 18 recomendaciones, se presentan en forma de fichas que recogen acciones clave para su implementación, así como otros recursos adicionales que pueden facilitar su puesta en marcha, como, por ejemplo: barreras y oportunidades, actores implicados, indicadores de seguimiento y líneas de investigación relacionadas.
¿Para qué sirve este documento?
La adaptación al cambio climático constituye uno de los mayores desafíos de nuestro tiempo, especialmente para España, un país altamente expuesto a sus impactos. Sin embargo, también ofrece una oportunidad estratégica para transitar hacia sistemas alimentarios agrarios y pesqueros más sostenibles, equitativos y ajustados a las realidades locales. En este contexto, se hace imprescindible reconocer e integrar el CET de las personas agricultoras, ganaderas y pescadoras, acumulado y transmitido durante generaciones, como un recurso valioso para afrontar la incertidumbre climática y reforzar la resiliencia comunitaria. En los territorios del norte global como Europa, el CET aún está vivo y se reproduce en comunidades agrarias y pesqueras que operan al margen de los sistemas de producción industrializados. Resaltar este hecho no implica que otros sistemas como la pesca industrial o la agricultura intensiva carezcan de CET, sino que en dichos contextos este ha sido sustituido progresivamente por el conocimiento técnico-científico propio de la modernidad globalizada, quedando en un segundo plano. Por ello, el enfoque de Vía Sabia se centra en aquellas comunidades en las que el CET sigue desempeñando un papel clave en la sostenibilidad ambiental y social de sus prácticas y en la configuración misma del paisaje y del territorio. Hablamos, sobre todo, de los colectivos vinculados a la agricultura familiar y a la pesca sostenible de cercanía, considerados fundamentales para una transición agroecológica.
La agricultura familiar es un modelo de producción basado en la unidad familiar como responsable de la gestión, la toma de decisiones, la organización del trabajo y la utilización de los recursos humanos, naturales y económicos. Este modelo puede incluir actividades agrícolas, ganaderas o mixtas, y es altamente compatible con una orientación hacia la producción ecológica, el cuidado del medioambiente y la autonomía alimentaria, proporcionando servicios ecosistémicos a la sociedad.
La pesca sostenible de cercanía es una actividad extractiva de bajo impacto ambiental y alto valor social, que garantiza el equilibrio entre la explotación de recursos marinos, la justicia social y la autonomía alimentaria. Por lo tanto, es un modelo de pesca clave para salvaguardar los ecosistemas marinos y la cultura marinera, garantizando al mismo tiempo la sostenibilidad económica de las comunidades pesqueras.
Mientras que el conocimiento científico ha sido central en el diseño de estrategias y políticas de adaptación, el CET continúa mayoritariamente ausente de estos procesos, a pesar de su potencial para complementar, enriquecer y situar las respuestas a nivel local. La caja de herramientas del proyecto Vía Sabia ofrece recomendaciones orientadas a promover una adaptación efectiva, justa y territorializada, que refuerce la sostenibilidad ecológica, económica y social, donde el CET constituye un elemento importante para ponerlas en marcha. De esta manera, las medidas propuestas no solo buscan cumplir con el objetivo de “impulsar la investigación, la visibilización y la puesta en valor del CET como recurso de adaptación y como patrimonio biocultural a proteger”; también contribuyen de forma transversal a varios ámbitos de trabajo y componentes estratégicos del Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC) 2030, ofreciendo información útil para nutrir el Plan de Trabajo del PNACC correspondiente al período 2026–2030.
¿Cómo utilizar este documento?
Esta caja de herramientas se compone de fichas independientes, aunque altamente complementarias. Cada una se centra en una recomendación concreta. Pueden ser consultadas de manera independiente o en conjunto, en función de los intereses y las competencias de la persona lectora.
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