El cultivo de mejillón en España, especialmente en Galicia, es una actividad clave tanto económica como socialmente. Sin embargo, ¿qué impacto tiene su consumo en el medio ambiente?

Un reciente informe elaborado por investigadores de Alimentta ha evaluado la huella de carbono de la producción y comercialización de mejillón, es decir, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) de la cadena alimentaria, ofreciendo datos reveladores y propuestas de mejora para favorecer su sostenibilidad.

La producción de mejillón enfrenta varios desafíos ambientales, como el efecto de los desechos biológicos en el fondo marino y la posible necesidad de depuración antes del consumo, en zonas de cultivo que así lo requieran, para garantizar la seguridad alimentaria. Los estudios previos indican que los puntos críticos del procesamiento de mejillones frescos incluyen el consumo de electricidad y agua en el proceso de depuración. La evaluación de la huella de carbono del consumo de mejillón en España es fundamental para avanzar hacia una producción y comercialización más sostenible y responsable.

Producción de mejillón en España

España destaca como principal productor de mejillón en Europa, siendo Galicia la zona donde se cultiva el 98% del mejillón nacional. En 2019, España produjo 228 mil toneladas de mejillón, representando casi la mitad de la producción de la Unión Europea. No obstante, la producción europea ha mostrado una tendencia decreciente en los últimos años debido a diversos factores como las proliferaciones de algas tóxicas, las enfermedades que afectan a los moluscos, la escasez de semillas disponibles para el cultivo, la depredación y la falta de inversiones en el sector.

El cultivo de mejillones comenzó en Cataluña en 1901, pero se consolidó en Galicia en 1940, donde la producción aumentó significativamente debido a las favorables condiciones ambientales. Hoy en día, la producción se realiza usando varios métodos de cultivo, incluyendo las líneas (“long-lines”) y mejilloneras en Cataluña y las bateas flotantes en Galicia.

Importancia de Galicia en la producción de mejillón

La Ría de Arousa en Galicia no solo es la principal región productora de mejillón en España, sino también una de las más importantes a nivel mundial. La industria del mejillón en Galicia ha experimentado cambios significativos desde sus inicios, adaptándose a los desafíos ambientales y económicos a lo largo del tiempo.

En términos de organización, la producción familiar predominaba en la década de 1970, pero en los años 90 surgieron grandes empresas vinculadas a plantas de depuración y conserveras. Actualmente, la industria del mejillón en Galicia incluye tanto grandes empresas como pequeñas explotaciones familiares que contribuyen al éxito del sector.

Transformación del mejillón

La transformación del mejillón incluye varias etapas que dependen de la clasificación sanitaria y de la calidad de las aguas de la zona donde se han cultivado. Cuando las condiciones no son adecuadas los mejillones deben someterse a procesos de depuración para eliminar la contaminación bacteriana y asegurar la seguridad alimentaria. La depuración consume una cantidad significativa de electricidad y agua. Posteriormente, los mejillones pueden ser envasados frescos, congelados o ser procesados para la elaboración de conservas, principalmente en salmuera o en escabeche. Además, el transporte y almacenamiento de mejillones congelados también implican un consumo considerable de energía, especialmente en términos de refrigeración. Todos estos procesos tienen implicaciones importantes en las emisiones de GEI asociadas a la cadena de producción.

Huella de carbono de la cadena alimentaria del mejillón

El informe revela que la huella de carbono total de la cadena alimentaria del mejillón en España en el año 2017 fue de 287.8 GgCO2eq (miles de toneladas de CO2 equivalente). El mejillón en escabeche representa el 54% de estas emisiones. En promedio, por cada kilogramo de carne de mejillón se emiten 6.3 kgCO2eq, siendo el mejillón fresco el que menos emisiones genera (4.1 kgCO2eq/kg), mientras que el mejillón en escabeche es el más contaminante (8.5 kgCO2eq/kg).

La fabricación industrial de mejillón transformado (congelado y en conserva) emite una cantidad de CO2eq similar a la producción de mejillón fresco necesaria para mantener la cadena (123.0 GgCO2eq y 129.9 GgCO2eq, respectivamente). Además, el consumo de mejillón en escabeche es el más elevado, con un 48% del consumo total de mejillón en España, lo que contribuye significativamente a las emisiones.

Según los resultados del informe, la huella de carbono del consumo en España de mejillón fresco (4.1 kgCO2eq por kg de carne) y mejillón congelado (3.6 kgCO2eq por kg de carne) se encuentra por debajo del valor de la huella de carbono de la carne de pollo y merluza, mientras que el consumo de conservas (8.5 kgCO2eq por kg de carne para el escabeche y 6.7 kgCO2eq por kg de carne para la salmuera) supera el valor de la huella de carbono para la carne de cerdo.

¿Cómo podemos reducir la huella de carbono del consumo de mejillón?

Para reducir la huella de carbono de la cadena alimentaria del mejillón, el informe sugiere varias medidas:

  1. Promover el consumo nacional. Incentivar el consumo de mejillón producido localmente para reducir la dependencia de las importaciones y las emisiones asociadas al transporte.
  2. Incentivar el consumo de mejillón fresco. Reducir la producción y el consumo de mejillón procesado, principalmente en conserva, al generar mayores emisiones que el fresco.
  3. Mejorar la eficiencia en la cadena de producción. Implementar prácticas más sostenibles en todas las etapas de la cadena, desde la obtención de la semilla hasta la distribución final, para reducir el consumo de energía y las emisiones de GEI.

Además, se destacan algunas prácticas específicas para mejorar la sostenibilidad:

  • Optimización del transporte. Reducir las distancias recorridas y mejorar la eficiencia del transporte en cada etapa de la cadena.
  • Optimización de los materiales. Utilizar materiales de embalaje más sostenibles.
  • Optimización del uso de tecnología. Utilizar tecnologías que minimicen el uso de recursos y reduzcan las emisiones durante la producción y procesamiento del mejillón.

Conclusiones

El informe pone de manifiesto que la producción de mejillón fresco no está necesariamente orientada hacia el consumo final, sino que una parte importante se utiliza como materia prima en la industria transformadora de mejillón congelado y en conserva que tiene como destino final la exportación. Adoptar las medidas propuestas no solo contribuirá a mitigar el impacto ambiental, sino que también fortalecería la industria del mejillón en el mercado global frente a un contexto cada vez más complejo de desafíos ambientales y económicos. Galicia, con sus condiciones oceanográficas privilegiadas para el cultivo de mejillón y su larga tradición en su producción, tiene un papel crucial en este proceso, demostrando que es posible combinar sostenibilidad y éxito económico en la industria alimentaria.