Análisis de flujos de materiales, energía y emisiones en los sistemas agroalimentarios urbanos
Los sistemas agroalimentarios de nuestras ciudades generan, por un lado, un importante sector económico, y a su vez permiten alimentar a la población. Cada uno de estos dos resultados requieren actividades, infraestructuras, instituciones y actores distintos, si bien los recursos e infraestructuras públicas orientados a la alimentación como sector económico cobran más relevancia. La lógica de economías de escala genera reducción de algunos costes monetarios, y también separación entre los sistemas agroalimentarios y el territorio, lo que tiene importantes costes económicos, ecológicos, ambientales y de salud para toda la sociedad. Este informe presenta los resultados de un estudio centrado en las provincias Madrid y València, así como un análisis específico del área metropolitana de València (AMV), que muestra la necesidad de hacer coherentes y compatibles ambos beneficios de los sistemas agroalimentarios urbanos, por medio de la relocalización.
Nuevas evidencias
- 4-5%. El autoabastecimiento alimentario provincial de Madrid y València, incluidas las materias primas para la agroindustria, es mínimo.
- 92-95%. El abastecimiento alimentario provincial de Madrid y València tiene una alta dependencia del transporte rodado, con 1.350-1.500 km de media recorridos desde la granja a la mesa.
- 45% Madrid, 42% otras provincias. La mayor parte de la huella de carbono de las provincias de Madrid y València se asocia a la producción agrícola y ganadera.
- Madrid: 18% consumo provincial, 67% de otras provincias. València: 45% consumo provincial, 42% de otras provincias. Dentro de este contexto, el Área Metropolitana de Vàlencia (AMV) puede abastecer a su población con arroz, cítricos, bulbos, tubérculos y verduras de hoja, pero depende en un 97% de importaciones para productos de origen animal.
- 67% local, 33% no local. La mayoría de los costes energéticos del sistema agroalimentario del AMV se destinan al abastecimiento local.
- 7% AMV local, 92% importaciones-exportaciones. La mayoría de los costes energéticos y materiales anuales de la infraestructura logística agroalimentaria del AMV están vinculados a la circulación de productos, ya sea por importaciones o exportaciones.
Mensajes principales
- Es necesario impulsar la diversificación de las producciones agroalimentarias para adaptarlas a la capacidad ecológica del territorio y a la cobertura de una mayor proporción del consumo local.
- Los sistemas agroalimentarios muestran la desarticulación entre las distintas fases de la cadena alimentaria y respecto al territorio. Por ello, es necesario planificar los territorios para relocalizar y rearticular de las cadenas alimentarias disminuyendo sus impactos ecológicos y redistribuyendo valor entre los diferentes actores.
- El alto consumo de productos animales en las ciudades señala la urgencia de promover un cambio hacia dietas sostenibles y saludables para reducir la huella ambiental asociada.
Recomendaciones
- Rearticular las operaciones de la cadena agroalimentaria en cada territorio y rediseñar las infraestructuras alimentarias, de cara a relocalizar los flujos logísticos y reducir el desplazamiento de alimentos vinculado a la deslocalización de los procesos productivos.
- Desarrollar las infraestructuras locales de datos para permitir el control público de la información sobre flujos alimentarios, particularmente el de circulación de alimentos entre operadores intermedios (distribuidores, transportistas, sector de la transformación de alimentos).
- Diversificar la producción de alimentos para incrementar la resiliencia alimentaria local. Incrementar la diversidad de producciones locales orientadas al consumo local en el entorno provincial, y especialmente aquellos alimentos con un papel clave en la cadena alimentaria sostenible, como son las leguminosas para consumo humano, los cereales y las grasas vegetales.
- Reforzar la planificación territorial para relocalizar las producciones y reducir la huella ambiental de los sistemas agroalimentarios urbanos, facilitando la protección y el fomento de usos agrarios en suelos de gran calidad, así como la articulación de la cadena alimentaria en los sistemas agroalimentarios de ciudad-región. Apostar por el control público de los canales de acceso a la alimentación local (plataformas merca, mercados públicos).
- Cambiar la dieta para reducir el consumo de carne, derivados lácteos y alimentos ultraprocesados. Son estos alimentos los que generan un mayor impacto ambiental en nuestros sistemas agroalimentarios. La promoción de dietas basadas en alimentos de origen vegetal, de producción local y estacional, y poco transformados, es una herramienta central para reducir el impacto ambiental de la alimentación.
Recomendaciones para escalas administrativas superiores
- Reforzar la red de ferrocarril de transporte de mercancías, en las escalas autonómica y estatal.
- Promover infraestructuras agroalimentarias (agroindustria, logística, etc.) en los territorios en los que la producción primaria es relevante y el consumo no lo es tanto por estar poco poblados, de cara a retener valor en dichos territorios.
- Impulsar normativa estatal para la protección de los usos agrarios del suelo en territorios urbanos y metropolitanos.