Autoras invitadas: Raquel Ajates (Carasso Fellow 2021 y comunidad SABE) y Petra Benyei
Los sistemas alimentarios tienen enormes repercusiones en todos los seres vivos y el planeta, convirtiendo a la investigación agroalimentaria en un ámbito clave de las políticas públicas y las economías globales. En la actualidad, la investigación agroalimentaria se enfrenta a cambios sociotécnicos acelerados y disruptivos, y a preocupaciones medioambientales que plantean no sólo cuestiones técnicas, sino complejas consideraciones éticas. Por tanto, esta área de investigación requiere tener en cuenta las relaciones de poder existentes, desde los regímenes alimentarios corporativos, hasta las antiguas relaciones coloniales y las jerarquías de los sistemas epistemológicos que siguen arraigados hoy en día en nuestras prácticas e instituciones de investigación.
Abordar estos desafíos de la investigación agroalimentaria requiere enfoques sistémicos, a largo plazo y transdisciplinarios que incorporen las perspectivas de diversas partes interesadas (Lamine 2018). Para abordar esta necesidad de múltiples perspectivas, muchas disciplinas de investigación trabajando en el sistema agroalimentario se interesan cada vez más por métodos participativos, como la Ciencia Ciudadana, pero a menudo de forma desconectada de los últimos debates sobre cuestiones éticas y metodológicas en torno a la participación de personas más allá del ámbito académico.
La Ciencia Ciudadana es un enfoque de investigación que involucra a la ciudadanía en diferentes etapas del proceso de investigación. Cuando esta implicación va más allá de una mera contribución de datos, y promueve la participación activa a largo plazo en la investigación, esta forma de hacer ciencia puede ser muy eficaz para generar cambios en las prácticas de cultivo, consumo y políticas públicas, especialmente relevantes para la alimentación y la agricultura (Benyei et al. 2023).
En este contexto, un nuevo artículo académico publicado en la revista académica Ambio analiza la necesidad de directrices que contribuyan a una aplicación inclusiva, equitativa y empoderadora de la investigación agroalimentaria que trabaje con y para la sociedad. El artículo, titulado “Navigating the participatory turn in agricultural and food research: Best practice from citizen science”, revisa los Diez Principios de la Ciencia Ciudadana de la Asociación Europea de Ciencia Ciudadana (ECSA por sus siglas en inglés) bajo el prisma específico de la investigación agroalimentaria.
Partiendo de estos principios pioneros, el artículo ofrece tres pilares teóricos y sugerencias prácticas sobre cómo implicar a la ciudadanía en la investigación agroalimentaria de forma ética e inclusiva.
Pilar 1. Participación significativa e inclusión activa de la ciudadanía dentro del proceso de generación del conocimiento científico, y promoción de un mayor compromiso público con la ciencia. Este pilar promueve la promoción de la inclusividad de grupos de actores diversos en proyectos de investigación, albergando oportunidades de participación activa y significativa para la ciudadanía, y el reconocimiento y la reducción de los sesgos de investigación para apoyar la democratización de la ciencia. La agencia de las personas participantes en el proceso de participación activa es esencial. Aunque el nivel de participación puede variar de un proyecto a otro, es importante diferenciar los proyectos en los que la ciudadanía «es estudiada» (ciencia convencional) de los proyectos en los que la ciudadanía es «la que estudia» (ciencia ciudadana).
Pilar 2. Resultados y beneficios mensurables de proyectos de investigación participativos, prestando atención a sus impactos y formas de medirlos. Incluye la promoción de impactos reflexivos, de resultados y beneficios multinivel, y el fomento de la evaluación como herramienta para medir los múltiples efectos de estos proyectos incluyendo, y yendo más allá de resultados científicos. Este pilar anima a la comunidad investigadora a tener en cuenta las posibles tensiones entre investigadoras y ciudadanía en relación con los posibles diferentes puntos de vista sobre los objetivos del proyecto que se espera evaluar, y los retos de involucrar a partes interesadas más allá del mundo académico en la evaluación del proyecto, así como la generación de informes de evaluación que sean significativos y oportunos, tanto para las instituciones financiadoras como para las personas participantes.
Pilar 3. Procesos responsables de investigación e innovación, en relación al propio proceso de investigación. Este pilar promueve procesos responsables en el diseño y desarrollo de los proyectos, tales como proporcionar información relevante a las personas participantes, reconocer su participación y seguir normas éticas de investigación. Los procesos adecuados de retroalimentación son un aspecto esencial que contribuye a la gobernanza responsable del proceso de investigación, mientras que hacer accesibles los resultados y los datos del proyecto contribuye a un objetivo más amplio de apertura y transparencia.
Estos pilares ofrecen un nuevo encuadre tripartito que trata de facilitar la introducción a los principios de ECSA y su aplicación a equipos de investigación que aún no participan en la comunidad de Ciencia Ciudadana, y que estén interesados en aplicar métodos participativos, lo mismo que por parte de aquellas personas investigadoras y profesionales que busquen una versión integrada de los principios de ECSA.
La tesis presentada por el artículo se basa en una revisión del estado actual de la cuestión a partir del análisis de literatura académica, datos secundarios de proyectos de ciencia ciudadana agroalimentaria y las reflexiones de 11 científicas y profesionales, miembros del ECSA Agrifood Working Group. Las conclusiones ponen de relieve las implicaciones teóricas, metodológicas y prácticas para navegar el giro participativo en la investigación agroalimentaria.
El equipo de Alimentta se suma al convencimiento de que los tres pilares propuestos en este artículo marcan cómo implicar a la ciudadanía en la investigación agroalimentaria. Un necesidad sumamente relevante ante la grave crisis de sostenibilidad social y ecológica que enfrenta el campo y el medio marítimo, donde el modelo de agricultura familiar, de pesca sostenible y de ganadería extensiva han sido denostados y desplazados de las políticas públicas, a pesar de su amplia contribución a los servicios ecosistémicos y al abastecimiento alimentario. En este sentido, la pérdida de conocimiento sobre manejo tradicional de cultivos como las leguminosas, las artes de pesca de bajo impacto ambiental o de manejo de razas autóctonas, aún presentes en el modelo de producción eminentemente familiar, deberían ser elementos fundamentales a potenciar desde la política pública. Para ello, rescatar, escalar y replicar sus conocimientos y prácticas, enriquecido con el propio proceso de innovación social que propone la ciencia ciudadana, debería ser la prioridad de la política pública en sus distintos niveles territoriales.
Autores del artículo “Navigating the participatory turn in agricultural and food research: Best practice from citizen science”
Raquel Ajates (UNED, Daniel Carasso Fellow 2021 y Comunidad SABE), Petra Benyei (CSIC), Helen Avery (Lund University), Egle Butkeviciene (Kaunas University of Technology), Alexandra Czeglédi (Environmental Social Science Research Group), Dominique Desclaux (INRAE), Gerid Hager (IASA), Barbara Heinisch (University of Vienna), Peter N. Hoebe (Earthwatch Europe), Toos C. G. E. van Noordwijk (Earthwatch Europe) and Marco Barzman (INRAE).