La declaración Un Futuro Sin Tóxicos representa un hito importante en la lucha por un entorno más saludable y sostenible. Esta iniciativa, promovida por la organización ambiental Rezero y apoyada por científicos de todo el país, tiene como objetivo sensibilizar a la sociedad sobre el impacto de los productos químicos que son tóxicos para la salud humana y el medio ambiente, así como impulsar cambios legislativos, industriales y sociales que permitan una transición hacia un modelo de consumo y producción más seguro y sostenible.
El uso de sustancias químicas peligrosas está presente en innumerables productos de la vida diaria, desde cosméticos y plásticos hasta textiles y envases. Muchas de estas sustancias –como es el caso de los disruptores endocrinos y los metales pesados- tienen efectos negativos sobre la salud, incluyendo su contribución a las enfermedades crónicas, cáncer, problemas de fertilidad y problemas hormonales. Además, su acumulación en el medioambiente genera una contaminación persistente que afecta a ecosistemas enteros y contribuye a la pérdida de biodiversidad.
El grupo de científicos firmantes, comprometidos con la economía circular y la reducción de residuos, considera que la exposición a estos productos químicos no solo es un problema de salud, sino también una barrera para la sostenibilidad. Los materiales tóxicos dificultan el reciclaje y la reutilización segura, perpetuando un sistema lineal de producción y consumo.
Ahora más que nunca entendemos que saludable y sostenible van de la mano y que el concepto de “una sola salud” (One Health) debe guiar muchas de nuestras actuaciones. Dentro de este contexto, los cambios en la forma de producción de alimentos se presentan como uno de los instrumentos más poderosos para vincular de forma positiva salud y sostenibilidad.
Objetivos
La declaración propone un marco integral para abordar el problema de los tóxicos desde varias perspectivas:
- Protección de la salud humana y el medioambiente. Reducir la exposición a sustancias peligrosas en productos cotidianos.
- Promoción de alternativas seguras. Impulsar la investigación y el desarrollo de materiales y procesos de productos libres de tóxicos.
- Economía circular. Asegurar que los materiales reciclados estén libres de contaminantes, fomentando un circuito limpio y eficiente.
- Concienciación y educación. Informar sobre los riesgos de los tóxicos y promover un consumo responsable.
- Marco legal y regulatorio. Presionar para que se implementen políticas más estrictas sobre el uso de sustancias peligrosas y exigir mayor transparencia a las empresas.
Principales propuestas
La declaración incluye una serie de propuestas específicas que buscan acelerar la transición hacia un futuro sin tóxicos:
- Prohibición progresiva de sustancias peligrosas. Se solicita la eliminación gradual de los químicos más peligrosos, como ftalatos, bisfenoles y retardantes de llama tóxicos.
- Etiquetado claro y transparente. Se propone un sistema obligatorio de etiquetado que detalle la composición química de los productos.
- Responsabilidad ampliada del productor (RAP). Las empresas deben asumir responsabilidad por el impacto ambiental y en la salud de los productos que comercializan, incluyendo la eliminación segura de sus residuos.
- Promoción de la investigación. Fomentar la innovación en alternativas seguras y sostenibles, apoyando a la ciencia y a la industria en este esfuerzo.
Salud y el medioambiente
La exposición a productos químicos tóxicos tiene efectos devastadores en la salud. Estudios científicos han vinculado estas sustancias con un aumento en la incidencia de enfermedades crónicas, alergias, trastornos hormonales e infertilidad. Además, los efectos a largo plazo de la acumulación de tóxicos en los ecosistemas son irreversibles en muchos casos, afectando no solo a la fauna y flora, sino también a los recursos naturales esenciales como el agua y el suelo. Eliminar los tóxicos del ciclo de producción y consumo podría tener beneficios significativos, incluyendo una reducción en los costos de atención sanitaria, una mayor productividad laboral y una mejora general de la calidad de vida. Desde una perspectiva ambiental, evitar la liberación de contaminantes tóxicos ayudaría a preservar la biodiversidad y mitigar los efectos del cambio climático.
Economía circular y tóxicos
Un futuro sin tóxicos es esencial para lograr una verdadera economía circular.
Actualmente, muchos materiales reciclados contine sustancias peligrosas que se transfieren a nuevos productos, perpetuando la contaminación y limitando las posibilidades de reutilización segura. Por ejemplo, el plástico reciclado a menudo contiene aditivos tóxicos que dificultan su uso en aplicaciones sensibles como envases de alimentos. El texto de la declaración subraya la importancia de cerrar el ciclo de los materiales de manera limpia y segura. Esto implica no solo eliminar los tóxicos de los productos nuevos, sino también desarrollar tecnologías que permitan identificar y eliminar sustancias peligrosas de los materiales reciclados.
Ciudadanos, profesionales y empresas
La transición hacia un futuro sin tóxicos requiere la colaboración de todos los sectores de la sociedad. Los consumidores tienen un papel clave al exigir productos seguros y sostenibles. Esto puede lograrse a través de un consumo consciente, evitando productos que contengan sustancias peligrosas y optando por alternativas respetuosas con el medioambiente. Los profesionales, incluidos docentes y sanitarios, deben conocer los principios de la declaración y contribuir a su difusión y a la concienciación de la sociedad. No es momento de mirar hacia otro lado y pensar que los problemas los resolverán otros. Todos deben implicarse en la toma de conciencia, las propuestas
preventivas y la remediación. Por otro lado, las empresas deben asumir su responsabilidad en la producción de bienes seguros. Esto incluye la adopción de medidas voluntarias para eliminar los tóxicos, así como la inversión en investigación y desarrollo de materiales sostenibles. Además, la transparencia es crucial: las empresas deben informar claramente sobre la composición de sus productos y los riesgos asociados.
Políticas públicas necesarias
El marco legislativo es fundamental para garantizar un futuro sin tóxicos. La decla ración aboga por:
- Regulaciones más estrictas. Actualizar las normativas existentes para restringir el uso de sustancias peligrosas.
- Incentivos económicos. Apoyar a las empresas que desarrollan alternativas sostenibles a través de subvenciones, créditos fiscales y otras herramientas.
- Cooperación internacional. Dado que los tóxicos no conocen fronteras, es esencial que los países trabajen juntos para establecer estándares globales.
La declaración Un Futuro Sin Tóxicos es una llamada urgente a la acción. La eliminación de sustancias peligrosas no solo es esencial para proteger la salud y el medioambiente, sino también para construir un modelo económico más resiliente y sostenible. Implementar estas propuestas requiere un esfuerzo conjunto de gobiernos, empresas, profesionales y ciudadanos, pero los beneficios serán inmensurables para las generaciones presentes y futuras. En definitiva, un futuro sin tóxicos no solo es un sueño, sino una necesidad urgente que debemos abordar con determinación y compromiso.